Esos
amaneceres de verano, en el campo, cuando la noche se hace día y despertamos
sin haber dormido. Llenos de mentiras, intensos, con sol y luna. Ese misterio de
estar solos. Esas primeras veces. Ese silencio.
Esas
tardecitas únicas, después de la novela, antes del fútbol. Esa incertidumbre,
esa búsqueda.
Esas mañanas
divertidas, conectados con un hilo invisible, en actos y actitudes. Ese pasillo
en el colegio. Esas miradas.
Esas noches
secretas en tu casa, oscuras, ocultas, íntimas. Esos miedos. Esas expectativas.
Esas
madrugadas insólitas, tomando agua de los charcos, haciendo llover, comiendo el
jazmín de la vecina. Esas sorpresas. Ese invierno en mini falda en la casa de mi
infancia. Esas manos en mi espalda, esa sonrisa.
Esos días inventados.
Ese amor posible.
Eso.
Lo nuestro.
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